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soplo cardíaco

Soplo Cardíaco

¡Mi pediatra dijo que mi hijo tiene un soplo!

El descubrimiento de un soplo por parte del pediatra puede generar preocupación en los padres temiendo lo peor, pero en verdad el soplo es muy frecuente en la etapa de la niñez y la mayoría de las veces no implica enfermedad cardíaca y no repercute en la salud del niño.

El soplo no es un diagnóstico en sí mismo, tampoco representa siempre una enfermedad. Cuando el pediatra examina al niño utiliza un instrumento llamado estetoscopio para auscultar (escuchar) los ruidos cardíacos y así evaluar el funcionamiento del corazón. Durante la evaluación, el pediatra o cardiólogo infantil requiere de la cooperación de los padres y los niños. A veces el soplo es muy suave y se necesita un ambiente sin ruidos, y que el niño repose lo más quieto y silencioso posible. En este sentido, es de ayuda distraer al niño con el chupete, o juguetes, y a veces alzarlo.

Puede ocurrir que los soplos no se escuchen en las primeras consultas con el pediatra, ya que el soplo llamado “funcional” a veces se escucha y a veces no dependiendo de su intensidad, puede variar con la posición del niño, o si éste tiene fiebre, por ejemplo. Debe tenerse en cuenta que el soplo llamado “orgánico”, presente en algunas cardiopatías, graves o no, puede no manifestarse inmediatamente al nacer.

Al auscultar el corazón se escuchan los ruidos del cierre de las válvulas cardíacas y a veces, entre estos ruidos, se escucha otro sonido, o soplo, que es la expresión de la vibración que genera la sangre que fluye a través de estructuras cardíacas sanas o enfermas. El soplo entonces puede tener distintas tonalidades y características dependiendo de la causa que lo genera. Los soplos entonces pueden ser clasificados en dos grupos: soplos funcionales y soplos orgánicos.

¿Que es el soplo funcional?
También llamado soplo inocente. Es el tipo más frecuente de soplo y no indica una enfermedad cardíaca. En estos casos el corazón es sano. No tiene que tomar una medicación, no hay que restringir la actividad física y no implica riesgo de muerte súbita. Al niño hay que tratarlo como a cualquier niño sano. El soplo por lo general desaparece en algún momento del crecimiento, durante la infancia o adolescencia. El soplo funcional es la auscultación de la sangre que atraviesa los vasos y estructuras cardíacas sanas.

¿Que es el soplo orgánico?
A veces el soplo puede ser la manifestación de una cardiopatía. En estos casos los llamamos soplo orgánicos. Ante la sospecha de una cardiopatía o enfermedad del corazón, el pediatra deriva el niño al cardiólogo infantil, quien le puede realizar una serie de métodos de diagnóstico complementarios, por ejemplo un electrocardiograma (ECG), una radiografía de tórax y un ecocardiograma doppler color. Cuando se le realiza un ecocardiograma al bebé, es ideal que esté dormido; para esto es de ayuda privar al niño de sueño hasta el momento de la consulta, o alimentarlo justo antes de la misma. También, es recomendable que la ropa del bebé sea fácilmente desprendible por delante del pecho para que no se despierte o se irrite. A veces, es necesario utilizar medicación para lograr una sedación suave en los niños más grandes (sólo en algunos casos puntuales).
Las cardiopatías congénitas son las malformaciones más frecuentes. Uno de cada cien recién nacidos presenta una cardiopatía congénita, es decir, una malformación que resulta del desarrollo defectuoso del corazón durante la vida fetal. En Argentina nacen 7 mil niños con una cardiopatía congénita y la mitad requieren una cirugía en el primer año de vida. Dos tercios son solucionables con un diagnóstico y tratamiento oportuno.

Las cardiopatías congénitas pueden manifestarse cuando nace el bebé, pero la mayoría de las veces este puede lucir sano durante un tiempo hasta que inicia con algún signo de enfermedad. El soplo puede ser la única manifestación de la cardiopatía o estar asociado a otros síntomas, que pueden ser:

En los bebés:
• Agitación y sudoración (especialmente con la alimentación)
• Latidos cardíacos muy acelerados (taquicardia)
• Labios y boca moradas (cianosis)
• Falta de aumento de peso

En niños mayores
• Fatiga
• Palpitaciones
• Agitación cuando corren o realizan alguna actividad física
• Dolor de pecho
• Desmayos

Las cardiopatías congénitas pueden estar asociados a otras malformaciones, o formar parte de un síndrome genético (trastornos de cromosomas o genes específicos) como el Síndrome de Down. Aunque en algunas cardiopatías específicas existe algún grado de herencia, en general, como grupo, no son consideradas hereditarias.

Algunas condiciones maternas están relacionadas con cardiopatías, como la ingesta de sustancias, por ejemplo el alcohol, antiepilépticos y antidepresivos. También se pueden relacionar a alteraciones metabólicas maternas durante el embarazo, como diabetes mellitus o fenilcetonuria. Sin embargo, en la mayoría de las cardiopatías congénitas se desconoce la causa.

La mayor parte de las cardiopatías congénitas, especialmente las más críticas, se desarrollan en el primer trimestre de embarazo, por eso el diagnóstico oportuno es durante el embarazo (entre las 18 – 24 semanas) para poder programar el manejo del bebé al nacer, especialmente cuando la cardiopatía es crítica y requiere de una intervención quirúrgica inmediatamente después del nacimiento.

El soplo no es una enfermedad, no es un diagnóstico. Cuando el pediatra duda del diagnóstico va a derivar a tu bebé a un cardiólogo infantil para realizar las evaluaciones necesarias y así diferenciar un soplo funcional (corazón sano) de un soplo orgánico (por una cardiopatía específica) y de esta manera tomar la conducta adecuada.

 

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