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Departamento de Hipertensión Arterial y Mecánica Vascular

La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad que cuando no está controlada genera mucho daño en el sistema cardiovascular y en los órganos más importantes del cuerpo. La creación de un departamento a cargo de profesionales especializados en el tema, para atender adecuadamente esta patología tan prevalente, es más que necesaria.

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Nuestra labor tiene dos grandes objetivos:

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Estudiar en detalle todos los aspectos de la HTA y de las enfermedades que la suelen acompañar como diabetes, dislipemia, obesidad, apnea del sueño, entre otras. Todas aumentan de manera exponencial e independiente el daño en el sistema cardiovascular y por ende el riesgo de complicaciones futuras (infarto, ACV, insuficiencia cardiaca, arritmias, insuficiencia renal/diálisis, demencia, etc)

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Investigar y tratar exitosamente los casos complejos que, a pesar de múltiples medicaciones, no logran controlar su presión arterial, lo que llamamos HTA resistente.

¿Qué hacemos en el Departamento de Hipertensión Arterial y Mecánica Vascular?

Realizamos evaluaciones no invasivas y con múltiples enfoques:

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Preguntas frecuentes

El corazón es un músculo que funciona igual que una bomba, se dedica a expulsar sangre en forma pulsátil con cada contracción (latido). La sangre se distribuye por todo el cuerpo a través de las arterias (sistema de cañerías) que la llevan a todos los órganos (las estaciones). Luego de aportar oxígeno y nutrientes en todos los órganos y tejidos, la sangre vuelve por las venas para recargarse y comenzar un nuevo ciclo.

Es la enfermedad crónica más frecuente y que más muertes y complicaciones cardiovasculares genera. La presión arterial se mide en milímetros de mercurio y es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes arteriales. La HTA consiste en tener en forma persistente, valores de presión en el sistema arterial por encima de 140/90mmhg en consultorio o 135/85mmHg en el domicilio.


El sistema cardiovascular está preparado para subir y bajar la presión en sus arterias según necesidad y eso no le genera ningún daño. Por ejemplo, mientras dormimos, nuestro cuerpo desciende la presión y cuando hacemos un esfuerzo o practicamos un deporte,la aumenta. Pero todo esto solo sucede en forma transitoria y controlada mientras dure la necesidad.
Sin embargo, la persistencia de valores elevados de presión durante meses o años, puede generar mucho daño a todo el sistema cardiovascular, en especial al corazón (bomba), las arterias (cañerías) y otros órganos nobles como cerebro, riñones y ojos (estaciones).

La HTA en la gran mayoría de los casos no genera síntomas. Uno puede sentirse bien y, sin embargo, vivir con valores de presión elevados en forma persistente. Ésta es una de las razones por las cuales la HTA genera tanto daño.
En general, síntomas atribuibles a la HTA como dolores de cabeza, mareos, sangrados de nariz o de ojos, en su enorme mayoría nada tienen que ver con la enfermedad. La única forma de saber si uno tiene bien su presión arterial es midiéndola.
Todas las sociedades científicas recomiendan medir la presión con un tensiómetro automático de brazo validado (aprobado por los organismos de control de calidad). El dispositivo nos informará claramente el valor de presión sistólica (la alta) y diastólica (la baja), ejemplo: 132/83mmhg. Para medirla correctamente y evitar resultados erróneos, se adjunta instructivo.

 

La HTA se genera por distintas causas, muchas veces asociado a la edad avanzada y a otras enfermedades crónicas como la diabetes o el aumento del colesterol (dislipemia).
Uno puede tener su presión normal durante muchos años y, de repente, comenzar a tener valores elevados y requerir medicación. Haber tenido siempre la presión normal no implica que así se vaya a mantener de por vida.
A modo de resumen, las causas que van a determinar la aparición de la HTA son:
1. La edad: cuanto más edad, mayor envejecimiento del sistema arterial, lo que genera un aumento de la rigidez de sus paredes y, por ende, mayor presión arterial. Más del 70% de los pacientes de más de 70 años tiene HTA.
2. Estilo de vida: el sobrepeso/obesidad, estrés, tabaquismo, sedentarismo y comer con sal (echarle sal a la comida o consumir alimentos con exceso de sodio como los procesados) contribuyen a sobrecargar y dañar el sistema arterial y por ende que el mismo “envejezca” más rápido.
3. La herencia/genética: aquellos pacientes con familiares hipertensos (padres, hermanos) pueden llegar a tener HTA, incluso a temprana edad y a pesar de un estilo de vida saludable, debido a que poseen sistemas cardiovasculares que ya vienen “de fábrica” predispuestos a tener presión más elevada.

Valores de presión elevados en forma persistente durante meses o años, genera enormes daños en todos los componentes del sistema cardiovascular.
Cuando la presión es alta, el corazón (la bomba) trabaja forzadamente para poder expulsar la sangre frente a la resistencia del sistema arterial. Con el tiempo, eso genera que el corazón se agrande (hipertrofia) y dañe toda su estructura, lo que lleva a que aparezcan arritmias, infarto, insuficiencia cardiaca o, incluso, muerte súbita.
El sistema arterial (cañerías) también sufre grandes daños. Las arterias se dilatan (aneurismas), se endurecen y se llenan de calcio y colesterol en sus paredes (aterosclerosis). Un sistema de cañerías rígido y enfermo es lo que genera que se dañen los órganos (estaciones): a eso lo llamamos “daño de órgano blanco”. Cuando el daño es en el riñón, éste pierde lentamente su función (insuficiencia renal) pudiendo terminar en diálisis. En el cerebro, pueden aparecer ACV hemorrágicos (derrame), deterioro cognitivo y / o demencia. Y así, sucede con todos los órganos vitales.

La evaluación cardiovascular de un paciente hipertenso tiene tres enfoques diferentes y complementarios.
1. Evaluar el grado de HTA. Lo primero es confirmar que el paciente tenga realmente HTA en forma persistente y no solo picos aislados. Para tal fin se debería realizar un MAPA (mapeo ambulatorio de la presión arterial) que consiste en colocar un manguito en el brazo que mide la presión en forma automática cada 20-30 minutos durante 24hs. Este estudio nos informará la presión promedio y con eso determinar, no solo si el paciente es o no hipertenso sino que magnitud de hipertensión tiene. Con esta información, el médico decidirá con qué droga y en qué dosis comenzará el tratamiento de ser necesario.
2. Evaluar el daño de órgano blanco (DOB). Mediante una serie de estudios, podemos “bucear” dentro del sistema cardiovascular para poder saber con mayor exactitud si la HTA ya generó daños previos al diagnóstico. Se suelen realizar los siguientes estudios:
*Eco Doppler cardíaco: miramos directamente el corazón, cómo funciona, cómo están sus válvulas y podemos medir si sus paredes están engrosadas (hipertrofia). También podemos medir la aorta (arteria por donde sale la sangre del corazón) y ver si esta agrandada (aneurisma) debido a la HTA.
*Eco Doppler Vascular: miramos en forma directa las paredes de doce territorios arteriales, como las arterias carótidas (cuello), las arterias femorales (piernas) y la aorta abdominal. Se busca la presencia o no de placas de colesterol y calcio, para luego medirlas y cuantificarlas. De esta manera, podemos diferenciar qué paciente tiene su sistema arterial sano y cuál enfermo.
*Electrocardiograma: podemos inferir cuan sano o dañado está el musculo cardíaco y el sistema eléctrico del corazón, además de observar presencia de arritmias generadas por la HTA.
*Velocidad de onda de pulso (VOP): medimos la velocidad con la que se traslada la onda del pulso por las paredes de las arterias y así inferimos cuan rígidas están las mismas. A mayor rigidez arterial, la onda del pulso viaja más rápido, generando una onda de pulso fuerte y rápida, que golpea de lleno contra los órganos vitales y lentamente los daña, siendo esto de peor pronóstico. Una arteria sana es elástica, contráctil y complacente, con una VOP baja.
*Laboratorio: se busca la presencia de otras enfermedades como diabetes y colesterol alto. También evaluamos la función renal, órgano fundamental en el manejo del exceso de sodio y agua. Mediante el dosaje de RAC (razón albumina/creatinina) podemos saber precozmente si el riñón está perdiendo proteínas por la orina, hecho que nos marca que el “filtro” se está empezando a romper en manos de la HTA o la diabetes, los principales “agresores”.
3. Estimar el/los mecanismos que generan la HTA. Como dijimos previamente, el sistema cardiovascular es un sistema cerrado que consta de una bomba (corazón), cañerías (arterias), fluido en su interior (sangre) y un sistema de drenaje de ese líquido (riñones). El sistema puede levantar la presión dentro suyo porque la bomba funciona demasiado rápido, porque las cañerías están demasiado cerradas, porque hay un exceso de fluido en su interior (por déficit en su drenaje) o bien por una mezcla de estos mecanismos.
Contamos con grupos de fármacos que actúan sobre cada uno de estos mecanismos. Los betabloqueantes hacen que la bomba funcione más lenta, los vasodilatadores generan que se abran más las arterias cerradas y los diuréticos eliminan la retención de líquido.
En general tratamos la HTA “a ojo” con estos grupos de fármacos sin saber exactamente qué mecanismo está generando la presión elevada. Muchas veces lo hacemos bien y logramos controlar la presión con una combinación de fármacos que ataque un poco cada mecanismo. Otras veces lo hacemos mal y damos un fármaco que no actúa sobre el mecanismo involucrado, lo que genera no solo el mal control de la presión, sino que el sistema funcione aun peor y siga deteriorándose. Para poder tratar mejor a la HTA, utilizamos Cardiografía por Impedancia.

Existe una técnica que nació con los ingenieros de la NASA en la década del 60 para monitorear el sistema cardiovascular de los astronautas llamada Cardiografía por Impedancia. Esta técnica hoy, mucho más moderna y exacta, nos informa con gran fidelidad qué mecanismo está fallando y por ende nos permite tratar la HTA mucho más eficazmente utilizando el fármaco adecuado. Es como si se tratara de un GPS para tratar a la HTA.
Es un estudio sencillo y no invasivo, que consiste en conectar cables en el pecho del paciente que emiten ondas eléctricas imperceptibles. El contenido de fluidos en el tórax y el movimiento del corazón y de la sangre que expulsa con cada latido, generan una resistencia (impedancia). Los datos obtenidos de la medición de la impedancia nos brindan datos objetivos de cómo funciona el sistema. Los más importantes son: Índice Cardíaco (cuanto trabaja el corazón), Índice de Resistencias Vasculares sistémicas (cómo están las cañerías) y el Contenido de Fluido Torácico (para saber si hay retención de líquido o deshidratación). Conociendo que mecanismo está fallando tenemos para elegir diferentes fármacos según la función que necesitemos.
Si la HTA es generada porque la bomba trabaja de más, se indican beta bloqueantes para disminuirla, si las cañerías son el problema por estar muy cerradas se indican vasodilatadores y si por el contrario hay retención de líquido, el fármaco ideal será un diurético.

Autor de contenidos: Mariano Pipkin, especialista en cardiología.

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